Aparece
en el comienzo del libro, sosteniendo un reloj de bolsillo y gritando
«¡Ay Dios! ¡Ay Dios! ¡Voy a llegar tarde!». Alicia
le ve mientras estaba sentada cerca de la orilla del río y lo sigue
hasta la madriguera que la lleva al País
de las Maravillas.
Alicia vuelve a encontrarse con el Conejo Blanco en el capítulo cuatro, pero él la confunde con su criada, Mariana, y la envía a su casa a buscar sus guantes y su abanico. Al entrar en la casa, Alicia encuentra una botella en la que decía "Bébeme" y creció a un tamaño gigantesco tras ingerir el contenido. Atrapada, Alicia es atacada por el Conejo y un grupo de otros animales que tratan de forzarla a salir de su casa. Fallando en esto, ellos empiezan a tirar piedras a través de sus ventanas. Las piedras a continuación, cambian de forma a pasteles y, después de comer una, Alicia es reducida a un tamaño pequeño y huye hacia el bosque.
Alicia vuelve a encontrarse con el Conejo Blanco en el capítulo cuatro, pero él la confunde con su criada, Mariana, y la envía a su casa a buscar sus guantes y su abanico. Al entrar en la casa, Alicia encuentra una botella en la que decía "Bébeme" y creció a un tamaño gigantesco tras ingerir el contenido. Atrapada, Alicia es atacada por el Conejo y un grupo de otros animales que tratan de forzarla a salir de su casa. Fallando en esto, ellos empiezan a tirar piedras a través de sus ventanas. Las piedras a continuación, cambian de forma a pasteles y, después de comer una, Alicia es reducida a un tamaño pequeño y huye hacia el bosque.
Alicia
continuó buscando al conejo. Finalmente, los dos se reencuentran
otra vez en el torneo de croquet del capítulo ocho. Es aquí donde
se reveló como un heraldo del Rey
y la
Reina de Corazones.
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